jueves, 3 de diciembre de 2009

LA PILDORA DEL DIA DESPUÉS

La ley reciente sobre la píldora del día después permite a menores adquirir dicha pastilla sin ningún tipo de control. Esta pastilla se toma después de realizar el acto sexual. El cometido de este medicamento es evitar un embarazo pero no antes de que ocurra sino después, es decir, si durante el acto sexual ha habido fecundación la pastilla acabará con este proceso, por ello también es conocida como la píldora abortiva.
La reciente ley permite que esta pastilla se venda en farmacias y que sea asequible para menores, sin necesidad de que los padres tengan que firmar una autorización o estén presentes en el momento de la compra.
En este caso estamos tratando a los chicos y chicas como personas mayores capaces de tomar una decisión tan compleja, pues la píldora conlleva una serie de consecuencias nocivas para el cuerpo de la mujer debido a que provoca una revolución hormonal importante y peligrosa. Se recomienda que una chica tome solo 3 pastillas del día después a lo largo de su vida. A pesar de esto, al no haber un control en la venta de estas pastillas, no podemos saber si esto se cumple o no.
Esta medida no tiene sentido porque se están suponiendo que los adolescente tienen una madurez que no es propia de su edad. Este hecho se tiene en cuenta en cosas que no son tan serias, por ejemplo, cuando en el colegio hay una excursión o cuando los chicos se ponen enfermos. En estos casos se necesita la autorización de los padres para permitir que salgan del centro.
A partir de lo planteado anteriormente nos preguntamos, si los adolescentes son lo bastante maduros para decidir si tomar o no la píldora del día después, porque no son lo bastante maduros para marcharse con toda libertad del instituto si están enfermos o para ir de excursión.
Debemos tener en cuenta que la adolescencia es una edad complicada ya que es un momento de la vida en el que no se es adulto pero tampoco se es niño. Esto da lugar a que los chicos y chicas de esta etapa entren en un conflicto consigo mismos y con los que los rodean. Los adultos no debemos fomentar este conflicto y se debe tratar a los chicos conforme a su edad y a su madurez. La ley de la píldora no hace más que contribuir a que este conflicto aumente. Creo que los chicos y chicas adolescentes, por mucho que les pese, dependen de sus padres y estos deben estar al corriente de lo que les ocurre y de lo que hacen.
La venta en farmacias de dicha píldora no debería permitirse pues da lugar a una falta de control de los padres sobre sus hijos y que por tanto estos hagan y deshagan sin su consentimiento. Además esta medida no fomenta los anticonceptivos sino al contrario, ya que los adolescentes ven el tomar la píldora como una alternativa para no usar anticonceptivos, pero como hemos dicho antes este método no ayuda a prevenir sino que actúa cuando ya hay fecundación.
Por ello considero que deben fomentarse los anticonceptivos, para tener relaciones seguras, y no medidas como el aborto mediante esta píldora, que parece inofensiva pero que no lo es. Además de que haya bastante información sobre el tema es necesario que haya un control en la venta de este tipo de medicamentos para que quien lo tome lo haga de forma segura, consciente de lo que hace y con el apoyo de sus padres.

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