EL ARCO IRIS

Una tarde fría de invierno la pequeña Iris salía del colegio y mientras iba a su casa empezó a nevar. La nieve cubrió de blanco el campo, las casas, la calle…, y la pequeña Iris tuvo que resguardarse debajo de un árbol para no ser cubierta por ese manto frío y blanco.

Cuando pasó la nevada la niña volvió a iniciar su camino de vuelta a casa. Iba mirando muy bien al suelo para no resbalarse y de repente se encontró con una mariposa tirada en la nieve. La cogió y le preguntó si le pasaba algo y la mariposa le contó que no le había dado tiempo de llegar a casa, le había pillado la nevada sin que pudiese refugiarse: estaba mojada y sin brillo, por lo que no podía volar.

La niña se entristeció mucho y decidió ayudarla llevándosela a su casa. Iris hizo todo lo que pudo: le dio de comer, le dio calor, seco sus alas… Pero la mariposa no mejoraba. La niña desesperada se puso a llorar y las lágrimas de sus ojos cayeron sobre la mariposa. Inexplicablemente el brillo volvió a sus alas y la mariposa empezó a volar. La niña no entendía el porqué de esa recuperación sin explicación alguna y la mariposa le dijo que necesitaba comida, necesitaba calor pero además Iris le había dado algo que nadie le había dado antes pues le había dado amor y eso hizo que le recorriese tal alegría por el cuerpo que el brillo volvió a sus alas.

La mariposa estaba muy agradecida con la pequeña, se despidió de ella y le prometió regresar con un regalo. Tras varios días regreso para ver a Iris y le dijo que ya tenía un regalo para ella. Le pidió que mirara el cielo y le dijo estas palabras:
«Mira al cielo después de un día gris y lluvioso, porque aparecerá algo alegre como tú que ilumine el día, entre mis amigas y yo hemos hecho el arco que ves ahora en el cielo al que he llamado arco Iris».

La niña estaba radiante de felicidad pues nadie le había hecho nunca un regalo tan especial.

Desde entonces tras un día lluvioso sale ese arco que llena de felicidad a todo aquel que lo mira.
FIN